martes, 15 de marzo de 2011

ESQUIVANDO CAMINOS AL SUR

Soy por naturaleza un ser imperfecto. Fui definido como alguien a quien nunca le importó lo que pudieran decir, que se cagaba en lo establecido. Solo se que aprendí a sentir, a que hay cosas en la vida que valen la pena por las que luchar. Pequeñas cosas. Como una ideal, algo tan personal y hermoso y que tantas veces intentaron por distintos y crueles métodos derribar, pero que ninguna cárcel pudo jamás abarrotar. Una idea, algo distinto y original.
Aprendí que uno valora más los seres que ama si el sentimiento es sincero. Se desde que la vi que mi corazón era suyo y así fue, se que no hay nada que no haría por ella y hasta incluso aprendo sobre mi mismo y mis aspectos más negativos. Y eso es lo más difícil, cuando se es tan duro y cerrado como yo, acostumbrado a crear un estúpido escudo invisible cuesta todo el doble. Sobre todo porque estoy consciente de esto y me duele saber que ella intenta hacerme llegar su voz y termina agotada y frustrada cuando no lo logra.
Cometo muchísimos errores estúpidos e infantiles que solo han causado dolor y lágrimas. Soy responsable de mis actos. Se de mis errores. Verme a mi mismo como ese monstruo me quema tal es así que me lleva al borde de mi propia locura. Odiarse a uno mismo, aborrecerse solo hace que las cosas sean más difíciles y entorpecen el camino que dos intentan construir. Y es así porque si no se está bien con uno mismo no puede estarlo con los demás y menos con la persona que se ama.
No me alcanzan las palabras para pedir perdón por mis actos. Lleva mucho tiempo darse cuenta de ciertas cosas y a veces lamentablemente es demasiado tarde. Aprendí del miedo de quedarme solo por cansarla. Aprendí que ella a pesar de todo me sigue amando con una fuerza increíble y pura. Y aprendí que me tengo miedo a mi mismo por no poder llegar a cambiar a tiempo.
Se que las cosas van a estar bien, voy de a poco encontrando mi camino a su lado y no con ella detrás. Voy dejándola que me diga: hey nene, estás mal, arriba que tenemos que avanzar, arriba que entre dos ese peso se hace más ligero. Aprendo tras conversaciones en las que me enamoro mas de su voz. Me enseña a espantar fantasmas que solo nos pueden lastimar. A escucharme a mi mismo cuando me empiezo a cerrar para que sea mi parte consciente la que me frene y no dejarme llevar por la incoherente y vil que me ciega por completo y se apodera de mi mente. Me da las armas para derrotar a mis enemigos, versiones crueles de mi mismo.
El camino se hace al andar y si es de a dos que sea lado a lado para compartirlo juntos. Este ser imperfecto que jamás alcanzará otro estado ha enamorado a una joven maravillosa y con una paciencia increíble que logra gobernar lo ingobernable y apaciguar mis tempestades. Por eso vale la pena la mas dura de mis batallas la cual no es ni mas ni menos aquella librada en el interior de mi alma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario